Dip. Ramón Jiménez López

E B Opinión

Desde su independencia México libra batallas sociales donde el Estado parece perder legitimidad y justicicación de sus procederes. Hoy día, la supuesta "batalla" contra la delincuencia organizada sólo ha dejado muertes y violencia, donde incluso las esferas de la burocracia también comienzan a tener pérdidas.
En el norte, los ciudadanos de Chihuahua acaban de sufrir el mes más violento en lo que va del año con 253 homicidios, según la Subprocuraduría de dicho estado, entre estos atroces hechos destaca la muerte de una menor que acompañada de su padre, camino a la guerderia fueron acribillados.
Sin embargo, el discurso de la presidencia promete "no olvidarse de la población y dejarla a merced de la delincuencia", es fácil argumentar protección cuando no es el presidente quien se entrena para saber qué hacer en caso de un tiroteo mientras estás en la escuela; sin duda, en México la seguridad es sinónimo de futuro incierto, lejano de la justicia.
Al mismo tiempo el crecimiento económico sigue varado entre los dimes y diretes políticos, donde el debate y la argumentación son los grandes ausentes. El desempleo aumenta y las condiciones laborales se deploran al tiempo que una abusiva reforma laboral seguirá en discución.
Ante el actual panorama, parece existir un paso para que los mexicanos vuelvan a creer en el sistema gubernamental de este país, y es el castigo y juicio a los delincuentes de cuello blanco, si se observa y atestigua que la corrupción es abatida en todos los sectores sociales, entonces se comenzará a confiar en las institcuiones y funcionalidad.