En consecuencia, la economía del país terminó por desplomarse, miles de personas aún viven en tiendas y carecen de servicios de primera mano, como atención médica, agua potable y alimentos; los disturbios se incrementan a la vez que el gobierno evidencia su incapacidad de abastecimiento.
La situación en su momento altamente mediatizada, parece mermarse en algunos medios de comunicación y es lamentable saber que con la llegada de la temporada de huracanes, la vida de miles de niños, mujeres y hombres empeorará.
El pasado 25 de abril de este año, el gobierno recibió a 250 haitíanos con visa humanitaria, además de enviar víveres y rescatistas. Sin embargo, dichos actos resultan insuficientes tras saber que son decisiones políticas y financieras las que hacen más lenta y lejana la reconstrucción de la República de Haití.
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